ANATOMÍA DEL ESTADO.
Por César Torres. Director del Movimiento Libertario de Chile.
Anatomía del Estado, se ha convertido para quienes integramos el Club de Lectura Libertario de Chile, en casi un manifiesto contra la organización criminal más coercitiva en la historia de la humanidad: el Estado. En este ensayo publicado en 1974 Murray Rothbar no solo entrega una crítica radical y directa que expone al Estado como el enemigo fundamental de la libertad individual, sino que también es una invitación a desenmascarar la verdadera naturaleza del poder político: la imposición de su voluntad mediante el uso de la fuerza.
Rothbard, cuestiona fuertemente el "contrato social", describiéndolo como una farsa que busca hacernos creer que hemos aceptado voluntariamente someternos al Estado intentando con esto legitimar el sometimiento de la sociedad al poder político. Para Rothbard el Estado no es una institución que "sirve" a las personas, sino una organización que se sirve de ellas, definiendo al Estado como un parásito que existe porque puede robar el trabajo y la producción de otros a través de impuestos y regulaciones. Su existencia se basa en la coerción usando la violencia para imponer su autoridad.
También desarrolla los conceptos de medios políticos y medios económicos, donde el primero se basa en la obtención de riquezas utilizando la coerción, mientras que en el segundo se funda en el desarrollo económico mediante el intercambio voluntario. En el caso del uso de los medios políticos no tendría diferencia moral entre un ladrón que nos asalta en la calle y el Estado que nos obliga a pagar impuestos, salvo por la diferencia que el ladrón común no tendría la arrogancia de decir que nos roba para hacernos un favor. Denunciando con esta comparación la hipocresía con la cual es Estado disfraza su naturaleza predatoria utilizando un lenguaje de benevolencia y servicio público.
Rothbard examina como el Estado crece cada vez más y se perpetúa presentándose como el protector de los débiles, pero en realidad es el principal agresor contra los derechos de las personas. En este caso las funciones de seguridad y justicia, por ejemplo, deberían ser realizadas por organizaciones voluntarias, sin embargo el estado insiste en monopolizar estos servicios con el fin de seguir generando dependencia en las personas. En este sentido, el autor, desarrolla una crítica directa al papel que juegan los intelectuales que defienden la existencia del de Estado, llamándolos “apologistas del poder”, intelectuales necesarios para sostener en la sociedad la idea de que el Estado sería algo así como una organización benévola que mantiene el orden y libertad protegiéndonos del caos, incluso con ideas perturbadoras, éticamente hablando, como por ejemplo que “el estado sería un mal necesario”. Al final tal miedo al supuesto “caos” no es otra cosa que el miedo que tiene la casta politica y sus intelectuales de perder los privilegios que han logrado ostentar. Por esta razón, ideologías como el nacionalismo, el patriotismo y religiones también, son tan apetecidas por estos intelectuales, con estas cosas logran adoctrinar y colectivizar desde la infancia para asociar tu identidad a un Estado, utilizando entonces este sentimiento de pertenencia para justificar las acciones del poder político guiadas por los discursos del bien común.
Otra interesante estrategia que usa el Estado para expandir su control sobre su población es la idea de “seguridad nacional” mediante las guerras o conflictos contra otra patria, otro estado o simplemente otras personas de diferente “nacionalidad” el poder político intenta legitimar su existencia. Durante estos tiempos de crisis los “ciudadanos”, ya adoctrinados por una casta intelectual, ceden demasiado fácil sus derechos y se entregan a mayores niveles de control, interfiriendo entonces en el proceso de soluciones reales a los supuestos conflictos sociales, conflictos en la mayoría de las veces son construidos artificialmente por castas políticas internacionales que nos terminan comprometiendo en sus juegos de poder, es decir utilizan el miedo como principal herramienta política de control social y el nacionalismo como una solución a estos conflictos. Rothbard entonces criticará fuertemente la idea de que el Estado nos cuida y vela por nuestro bienestar, porque en realidad es nuestro principal agresor, imponiendo mediante el uso de la fuerza un sistema estatal que impide el desarrollo de las capacidades humanas para prosperar, absurdamente el Estado en lugar de fomentar la igualdad y el bienestar social, como dice hacerlo, termina fomentando privilegios para una casta política hambrienta de poder y empresarios corporativista financiados por sus aliados políticos.
Entonces Murray Rothbard propone una alternativa radical: la eliminación del Estado. No una simple reforma al sistema si no que un desmantelamiento total de esta maquinaria del robo y del mal. Rothbard defiende el libre mercado y la cooperación social sin coacción como el único mecanismo que permite el desarrollo humano. Nos invita a ser radicales contra esta organización criminal, revelando a todos como a secuestrado servicios básicos, nos motiva a ser parte de la resistencia y la acción intelectual, al mismo tiempo nos desafía a rechazar los discursos impuestos por intelectuales que se vendieron al estado, a cuestionar el poder político y luchar valientemente por un mundo son cadenas.