La estrategia de la enseñanza como acción ética libertaria.


Por Zézar Aónykenk.

Director del Movimiento Libertario de Chile y Director de El Libertador Galopante.



El mensaje de Jesucristo se centra en un plan de salvación necesario para que el hombre pueda volver a tener una relación eterna con Dios. Según la Biblia, la maldad y el pecado del ser humano provocaron una ruptura profunda entre Dios y la humanidad. Es tanto el pecado en todo el mundo que ningún esfuerzo humano puede reparar esta separación; ninguna obra, sacrificio o mérito humano era suficiente. Sin embargo, Dios mismo es quien puede solucionar este gran problema. Por eso, en un acto de amor y justicia, Dios se encarnó en Jesucristo, para enseñar a las personas lo que realmente estaba pasando, y culminar su proyecto de reconciliar a la humanidad con Dios, entregándose como sacrificio voluntariamente en una cruz, para limpiar al ser humano de toda las iniquidades que produjeron originalmente esta división, entre Dios y el hombre. Esta acción de ser Dios mismo encarnado en Jesucristo quien se entrega como sacrificio es el acto que permite ofrecer vida eterna a todo aquel que en él crea. Todo este proyecto o ministerio es una manifestación por excelencia de la libertad: nadie es obligado, sino invitado a aceptar a Jesucristo porque Dios ya pagó el precio voluntariamente. En este contexto, donde Dios mismo baja a la tierra liderando un proyecto gigante de salvación, es muy interesante descubrir que  la enseñanza y la predicación no fueron simple herramientas encontradas en un contexto histórico sin mayor desarrollo tecnológico , sino que fueron escogidas para ser parte de la estrategia principal que Jesús para difundir y extender su mensaje, al ser esta estrategia  coherente con toda su estructura filosófica ética.

Vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro. Isaías 59:2 Reina-Valera 1960.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Juan 3:16 Reina-Valera 1960. 

"¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?" Romanos 10:14-15 Reina Valera 1960.

La enseñanza y la predicación fueron herramientas fundamentales en la estrategia de Jesucristo para transformar al mundo, respetando la libertad individual sin recurrir a la coacción ni la violencia; de igual manera, los libertarios, si anhelamos un mundo mejor, debemos considerar seriamente la enseñanza y la predicación como estrategia  esencial para difundir una filosofía ética basada en la libertad y la responsabilidad individual.


Enseñar, predicar y vivir la filosofía ética de la libertad.


Desde el inicio de su ministerio, Jesucristo eligió formar discípulos, enseñó, predicó y vivió su mensaje, dando ejemplo de vida coherente con sus palabras. Reunió a doce discípulos, hombres comunes y corrientes, todos con diferentes personalidades, desde un zelote revolucionario armado hasta un cobrador de impuestos y los instruyó para que ellos mismos enseñaran a otros. Esta estrategia fue tremendamente poderosa. Sin usar violencia ni coacción, apenas un pequeño grupo de hombres transformó el mundo en pocos siglos. La expansión del mensaje de salvación se logró porque la enseñanza y la predicación tocaron las conciencias libres de millones de personas. Fue el mensaje o el contenido, y no la coacción, lo que cambió corazones y sociedades.

"Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado" Mateo 28:19-20 Reina Valera 1960.


La filosofía ética de Jesucristo expresada en amar al prójimo, respetar la dignidad humana, actuar de manera voluntaria y libremente responsable no se impone: se enseñan, se predican y  se viven. Jesús y los primeros cristianos mostraron que la transformación del mundo es posible mediante la enseñanza de su filosofía, el testimonio de sus travesías y la predicación de toda una estructura de contenido de su mensaje, y no mediante imposiciones externas coactivas. Entonces,  si el pensamiento libertario comparte este enfoque de respeto por la libertad desarrollado por una diversidad de autores anarquistas que lograron entender que la preservación de la libertad depende de la difusión intensa del conocimiento, podríamos decir que incluso Dios mismo estaría de nuestro lado, pero este tema corresponde a otro estudio, sin embargo lo que intento explicar es que Jesucristo nos reveló, sea esto divino o no, la importancia de difundir la filosofía ética libertaria a través de esta estrategia a todo el mundo porque esta tarea no será en vano y trae cosechas tarde o temprano.   

“Todo hombre debe tener libertad, debe tener el alcance para formar, probar y actuar según sus propias elecciones, para que pueda desarrollarse cualquier tipo de desarrollo de su propia personalidad. Debe, en resumen, ser libre para que pueda ser plenamente humano.”​ Murray Rothbard, La ética de la libertad, 1982.


Construir redes de enseñanza, predicación y testimonio.

La historia de Jesucristo y sus discípulos demuestra que enseñar y predicar son estrategias fundamentales para cambiar el mundo respetando la libertad humana. Jesús mismo, enfrentado el odio contra él, no recurrió a la violencia si no que entregó todo su mensaje y su filosofía ética con creatividad e innovación hasta ofrecer su propia vida como sacrificio.

Para los libertarios de hoy, el desafío es el mismo. Si queremos construir un mundo basado en la libertad individual, la responsabilidad, la paz y relaciones sociales éticas libertarias debemos seguir el ejemplo de Jesucristo: construir redes de enseñanza, predicación y testimonio, convenciendo corazones y mentes. El cambio real no se logra por medio de la coacción, sino mediante el poder transformador del conocimiento. Así como doce hombres transformaron el mundo mediante la enseñanza y la predicación, también nosotros, guiados por una misma ética libertaria, podemos aspirar a cambiar el futuro sin violencia, sin coacción, sino con fundamentos y principios que son como armas invencibles.

"Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" Juan 8:32, Reina Valera, 1960,